jueves, 14 de mayo de 2015

Días de furia

Breve nota (no esquizofrénica) del dueño del blog:

La presenta entrada, conjunto de grafemas, palabras y revoltijo mental, es una manifestación de los diálogos internos que cotidianamente le suelen ocurrir al que suscribe en el presente espacio, carente de sentido ortodoxo y lógica elemental. Es pues, una ligera muestra de lo que el individuo conocido como Alan Omar Rodríguez Amezola tiene que lidiar mientras camina, se acuesta, va al baño o se saca los mocos. 

Sin más preámbulo, démosle vuelo a la hilacha, como diría la ruquiza.

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El Alan y su postura mientras no está arranado en su oficina o casa.
Es antinatural e ilógico pensar que no hay persona en el mundo que no pase por algún momento de enojo, molestia o estrés en algún punto de su día o de su semana. Es normal, todos nos enojamos por X ó Y razón y es completamente válido, así nos hizo aquel que nos haya creado y dotado de una personalidad.

Pero habemos personas y personajes que quizá en ocasiones exageramos en las causas que nos generan cierta molestia, o como lo dice el título de este texto, nos enfurecen. Me cuento entre las personas más impacientes del planeta, aunque mi universo es muy limitado, pues no he traspasado las fronteras de nuestra bonita patria, nuestra bonita nación, así que mejor me limito a decir que soy quizá una de las personas más impacientes de mi familia y de entre los que conozco.

Por ello, dejo a disposición de los únicos dos lectores (espero que sean esos al menos) de este espacio, una ligera lista de todo aquello (y que recuerdo) que me irrita, y no precisamente la piel o el estómago.

- Toparme con muchos peatones a la vez: entorpecen mi paso como si lo hicieran deliberadamente, metiéndose en mi trayectoria y al mismo tiempo lo hacen con un paso lento y delicado, como si la calle de pasarela se tratara. Mi nivel de molestia crece cuando esto pasa un fin de semana en el centro de Guadalajara.

- La gente que se pone en las puertas del tren: especialmente si los pasillos de los vagones están prácticamente vacíos y cuando no lo dejan salir a uno cómodamente.

- Los que toman el camión y se bajan en cinco cuadras o menos: por huevones y regalar seis o siete pesos que servirían para algo mejor.

- Que incumplan una hora de servicio: suele pasar cuando te prometen entregarte algo a determinada hora y resulta que no está listo y te dan otra hora en la que todavía no está listo. Ayer me pasó en la lavandería, pues tuve que ir 3 veces 3 a recoger mi ropa, dos de ellas después de la hora pactada.

- Los dulceros del cine: por tardados, huevones y por querer venderme algo que no quiero. Aplica para los cajeros de restaurantes de comida rápida.

- Los indecisos en los lugares antes mencionados: si haces fila para comprar algo con lo que te vas a atascar, tienes que ir determinado a saber qué es eso por lo que vas a pagar, al resto le haces perder su tiempo y en mi caso alimentas que nazca una úlcera.

(Paréntesis, a veces me gustaría ponerme como Michael Douglas en la siguiente escena)


- El refrigerador "vacío": lo admito, soy alguien que come más de lo que quizá debería y de los que estando en casa abre el refrigerador cada 15 minutos. Pero encontrar que no haya algo rico o que se pueda cocinar, eso ya es pasarse de la raya.

- La impuntualidad: no se necesitan explicaciones.

- La redundancia: tampoco se requiere de explicar qué onda con esto.

- Datos erróneos: especialmente cuando se trata de algo en materia de deportes profesionales.

- Los fanáticos: llámense religiosos, a algún equipo, a alguna ideología. Se hacen más daño a sí mismos, pero no lo pueden ver, su fanatismo no se los permite.

- Que entre algunos colegas sólo se hable de futbol como si fuera lo único que existe: enough said.

- Los New England Patriots: putos ellos.

- Los taxistas que no quieren ponerte el taxímetro: por eso ya mejor siempre uso CityDrive cuando lo requiero.

- La comida sin picante: no tiene chiste comer, eso es frustrante.

- Sudar: gracias, calor.

- Los partidos del Tri: son infumables, aún y si se tratan de los del Mundial.

- La televisión mexicana: no hacen nada, NADA bueno.

- Que en pocas ocasiones la cartelera en el cine no tenga nada qué ofrecer.

- Que la red 4G a veces falle: y últimamente ha pasado eso con mucha regularidad.

- Los que ponen en altavoz la música de su celular.

- Y ya para no hacerla tanto de emoción, la existencia de ese cabrón.

Tengo muchas más cosas por las que me enojo, todos las tenemos, pero creo que sólo las recuerdo al calor del momento, además, preferí no agregar más para no hacerlos enojar. Eso habla bien de mi, por cierto.

Ustedes, ¿en qué coinciden y qué agregarían?

Lo que recomiendo es que no se tomen tantas cosas (como yo) muy a pecho, vida sólo hay una y hay que disfrutarla, hay que vivir en un campo de rosas y ver siempre el cielo azul, con arcoiris por todos lados, sonrisas en cada persona con la que nos topamos y sabores dulces en cada cosa que probamos...

Sí, como no...
El rostro del Alan al momento de escribir en este blog...y durante casi todo el día.

1 comentario:

  1. Tu sonríe. Por que a pesar de toda la mierda con la que se convive a diario... Siempre hay razones para reír. Por ejemplo... El sabor de una cerveza bien helada al final del día. Cuando te felicitan por tu trabajo (aún que sea muy pocas veces) .... Cuando llegas a tu casa, después de un día de horror y te sientes satisfecho por tu trabajo y lo que hiciste en el día. Eres una excelente persona... Y tienes una sonrisa que contagia... Así que por más cosas que te jodan la existencia, no dejes de compartirla y contagiarla ...

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